TRAYECTORIAS

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Las trayectorias educativas corresponden a los recorridos que realizan las personas (niñas, niñas, jóvenes y adultos) en el sistema educativo desde el nivel parvulario hasta el nivel superior. Estas trayectorias pueden ser teóricas, es decir, que siguen el esquema esperado de manera continua; o reales, considerando las repitencias, discontinuidades e interrupciones al esquema teórico.

Como Observatorio por las Trayectorias Educativas nuestro objetivo es poder brindar a todos y todas los niños, niñas y jóvenes del país la garantía de una educación con trayectorias educativas positivas. Es así como encontramos 10 factores principales que afectan el desarrollo de la escolaridad.

 

Nivel socioeconómico de las familias

La pobreza y los bajos ingresos son claros determinantes del abandono del sistema escolar. En estos casos la o el estudiante se puede ver enfrentado/a a la disyuntiva entre desertar para obtener oportunidades laborales inmediatas o seguir estudiando con la incertidumbre de si esto le traerá reales beneficios a futuro.


Así, la probabilidad de abandonar la escuela es significativamente mayor en las y los estudiantes pertenecientes a los primeros dos quintiles de ingreso en todos los países. En Chile, según cifras de la CASEN 2017, un 62,5% de los niños, niñas y jóvenes entre 5 y 21 años que se encuentran fuera del sistema escolar pertenece al 40% de menores ingresos.

Ausentismo crónico

El ausentismo no sólo es causante de aprendizajes frustrados y rezago escolar, sino que también de un proceso de abandono que suele terminar en la salida de la o el estudiante de la escuela. En nuestro país más de 9 mil niños, niñas y jóvenes falta a un 10% de sus clases al año y se les considera en riesgo educativo. La alerta temprana de estas situaciones, la creación de un plan estratégico de acompañamiento a la o el estudiante y mantener un vínculo emocional positivo pueden ser medidas fundamentales para la continuidad de los estudios.”

Repitencia

En la última década este fenómeno ha estado en alza. Durante el 2019 más de 120 mil niñas, niños y jóvenes repitieron un curso entre primero básico y IV medio, siendo I medio el curso con mayores complicaciones, ya que un 11% de las y los estudiantes no logra avanzar de nivel educativo.

Rezago Escolar

En Chile, en 5,7% de los hogares uno de sus integrantes que es estudiante no desertor tiene rezago escolar. Este factor es directamente proporcional al abandono escolar ya que, a mayor rezago educativo, mayor es la probabilidad de abandonar la escuela y ser excluido del sistema escolar. Hoy existen propuestas como las aulas de recompromiso educativo o de nivelación de estudios que pueden generar instancias para que la o el estudiante renueve su motivación.

El paso de la básica a la media

En muchos países esta transición coincide con el cambio de establecimiento, lo que significa un cambio de cultura escolar, de ambiente; de compañeros, compañeras y profesores; cercanía con el hogar, entre otros. Los mayores niveles de exigencia académica, el cambio de tener uno a más docentes y las diferencias curriculares son elementos que además dificultan la fluidez y adaptación en este nuevo escenario.

Las expectativas hacia las y los estudiantes

Sin duda un o una profesor/a que crea en sus alumnos y lo expresa permanentemente es un factor que motiva a la continuidad educativa. Esto supone conocer a las y los estudiantes, desarrollar un vínculo positivo, apoyarles y generar estrategias pensadas en sus capacidades, realidades y condiciones. Cuando ocurre lo contrario y se muestran bajas expectativas por parte de la o el docente, los niños, niñas y jóvenes comienzan a perder motivación y confianza en sus capacidades.

 

Consumo de drogas y alcohol

No existe información concluyente ni actualizada respecto a la relación directa entre la deserción escolar y el consumo de drogas y/o alcohol. Sin embargo, un estudio realizado en 2003 por la JUNAEB denominado “Comprendiendo el fenómeno de la deserción escolar en Chile”, señaló que “los jóvenes que dicen consumir drogas a veces o frecuentemente tienen un riesgo de 3,8 veces mayor de desertar que aquellos que nunca o sólo una vez reconocen haber consumido”. Asimismo se señala en el estudio que la frecuencia de consumo entre los desertores es 4 veces mayor a la que presentan los jóvenes insertos en el sistema educativo. En cuanto a consumo de alcohol, el estudio destaca que éste es el doble en el caso de quienes están excluidos y excluidas del sistema.

 

“Capital” cultural de las familias

Según diversos estudios, los niños, niñas y jóvenes que conviven con padres y madres que no han terminado su etapa escolar son más propensos/as a abandonar el sistema escolar, versus aquellos y aquellas que crecieron con progenitores que sí la finalizaron. (Fuente: Arancibia, 1996; Espejo, 2000; Marshall y Correa, 2001).

Variable de Género

Si bien los números dicen que son más hombres que mujeres quienes interrumpen sus trayectorias educativas, son también quienes más retoman las clases posteriormente. Esto se explica porque las mujeres deben desertar, en muchos casos, debido al “factor cuidado”. Es decir, que permanecen fuera del sistema educativo para cuidar de alguien más, ya sea un hijo o hija o también a abuelos/as, padres o madres, hermanos/as, etc.

Maternidad y Paternidad adolescente

La relación entre maternidad/paternidad con el abandono de la escuela no solo se encuentra en las dificultades que tienen las y los jóvenes para criar a la vez de estudiar, sino que también está asociada a variables socioeconómicas de exclusión. De acuerdo al Primer Informe de Salud Sexual, Salud Reproductiva y Derechos Humanos En Chile, durante 2016, las comunas que presentan menores ingresos en su población son las que tienen tasas con mayor fecundidad adolescente, según Miles Chile.