La experta internacional participó de seminario, junto a docentes y a representantes del mundo académico y gubernamental, que analizó el impacto de las mentorías en los primeros años de profesión docente.
25.05.23 – Fuente: Comunicaciones CIAE
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La académica de la Facultad de Educación de la Universidad de Haifa, Lily Orland-Barak, y las profesoras Alicia Oporto, Diosa Loyola y Arema Maragaño participaron este jueves 18 de mayo del seminario “El rol de las Mentorías en los primeros años de ejercicio docente: desafíos y experiencias nacionales e internacionales”, en el que se analizó el rol de las mentorías en los primeros años de ejercicio docente. Junto a ellas, estuvieron, del mundo académico y gubernamental, Juan Pablo Valenzuela, director del CIAE del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile; Sebastián Araneda, director del Centro de Estudios del Mineduc; y Magdalena Guerrero, coordinadora de proyecto PNUD.
En la jornada, las docentes contaron su experiencia sobre las mentorías, mientras que Lily Orland-Barak complementó su visión con la perspectiva de la evidencia internacional.
Orland-Barak explicó las características de los profesores novatos, como, por ejemplo, la sensación de fragmentación y la importancia del contexto. Sobre la primera indicó que “la sensación de fragmentación es una sensación de los novatos en todas las profesiones, porque todos sienten que lo que estudiaron en la universidad no tiene conexión con el mundo real”. Sobre el contexto, precisó que hay mucho debate académico sobre qué tipo de acompañamiento se necesita: si uno genérico o disciplinar. “El contexto es importante, pero también está el contexto disciplinario (cómo piensa el mentor de matemáticas del de artes), porque la disciplina da una estructura del pensar, qué constituye el conocimiento”, precisó.
Explicó que un análisis de la mentoría y sus impactos se tiene que ver en el análisis del discurso de la conversación, mediante un montón de metodologías, discursivas, socioculturales, etc., de manera de entender cómo esta realidad de inmersión en el sistema educativo, que aparece como desordenada para los profesores nóveles, es mediada por el mentor.
Indicó que uno de los desafíos es cómo se convierte el aprendizaje de la tutoría en uno de los momentos de conocimientos que quedan y que puedan impactar la práctica. “Esto tiene que ver con el modo clínico de la profesión, con el pensamiento y la deliberación profesional y cómo se hace la mediación en la mentoría”.
“El tipo de mentoría debe estar ligado al tipo de patrones de aprendizaje, no hay un modelo único”, explicó Orland-Barak. También añadió que los dominios de conocimiento profesional de mentoría son distintos de los de profesor. “Ser buen profesor no es lo mismo que ser buen mentor. Se necesita una etapa de formación para entender esa segunda capa que tiene muchos contenidos, nosotros lo hacemos a nivel de magister”.
La experiencia desde las aulas
“El profesor es un eterno aprendiz”, destacó Alicia Oporto, quien es profesora de educación general básica y miembro de la Red de maestros de Maestros, quien enfatizó la importancia de la mentoría en especial al inicio de la carrera docente: “Este programa es súper importante ya que enriquece las mejoras de los aprendizajes de los estudiantes. Sobre todo, al inicio de la carrera docente, los profesores se enfrentan a una serie de situaciones relacionadas con el estrés, la sobrecarga emocional, aspectos con los colegas, con los equipos directivos, todos los temas que se pueden trabajar en la mentoría. Son temas que no están en la universidad, sino que se viven en la escuela y qué mejor que el acompañamiento de un profesor que ya ha vivido todo este desafío”.
En el mismo sentido, Diosa Loyola, docente de matemática de la escuela Pedro León Gallo de Copiapó, miembro de la Red de maestros de Maestros y mentora, indicó que “no solo apoyamos a los docentes nóveles, sino que con el aprendizaje que uno tiene puede guiar y acompañar a los docentes con los que uno trabaja”. Sobre este mismo punto, destacó “el trabajo colaborativo que se crea en esta red”: “creamos lazos con los docentes, compartimos de manera colaborativa. La profesionalización de nosotros como mentores y como docentes, todo lo que avanzamos en esta etapa llega también a nuestros estudiantes”.
Ambas enfatizaron en la necesidad de difundir más el sistema de mentorías entre los sostenedores y directivos de las escuelas y ajustar las horas de los docentes principiantes para que ellos y ellas puedan efectivamente participar del programa.
Por su parte, Arema Maragaño, profesora de educación general básica con mención en matemáticas, quien actualmente trabaja en la escuela municipal Fedor Dostoievski de Valdivia, expuso su experiencia de haber recibido una mentoría en sus primeros años de ingreso al sistema escolar: “Aprendí muchas cosas, como la importancia del juego; la estrategia de hablar en primera persona. Uno tiene que ser receptivo como docente novel, dispuesto a aprender y a poner en práctica. Había muchas cosas en las que aún me faltaba, como cómo llenar un libro de clases, como pasar la asistencia. La profesora mentora siempre estaba super dispuesta”, resaltó.
Programa de mentorías
El Programa de Inducción y Mentorías del Ministerio de Educación está establecido en la Ley que crea el Sistema de Desarrollo Profesional Docente y busca potenciar a educadores/as y docentes en sus primeros años y apoyar su inserción en las comunidades educativas. En una mentoría, el educador(a) o profesor(a) que se encuentra en su primer o segundo año de ejercicio es acompañado por otro docente con experiencia y destacado desempeño, quien lo apoya y potencia su desarrollo profesional.
“La mentoría es uno de los componentes más importantes de la reforma del año 2016, por esto hemos trabajado colaborativamente en la evaluación de medio término de este programa que está establecida por ley”, indicó el director del CIAE Juan Pablo Valenzuela. En ese sentido, Magdalena Guerrero, coordinadora de proyecto del PNUD, destacó que se está en un momento clave de evolución de esta política pública que pone en el centro el desarrollo profesional docente.
Por su parte, Sebastián Araneda, director del Centro de Estudios Mineduc, valoró que los puentes entre el gobierno y la academia y el que todo el conocimiento que se ha desarrollado pueda tener un vínculo con las políticas públicas.
*** Fotografías CIAE IE – U. de Chile