Actores del sistema escolar, académicos y autoridades analizaron cómo la pandemia ha impactado en las trayectorias educativas de escolares y la necesidad de ejecutar acciones para reencantar a niños, niñas y jóvenes con la escuela.

Las tasas de repitencia, graduación oportuna y rezago en aprendizajes, entre otros, son indicadores de trayectorias educativas, es decir, del recorrido que niños, niñas y jóvenes realizan en el sistema escolar. Se espera que todos y todas tengan trayectorias educativas positivas, es decir, que se gradúen a tiempo. Sin embargo, la probabilidad de que esto no sea así aumenta en escolares con mayores vulnerabilidades.

“Antes de la suspensión prolongada de clases presenciales, el sistema educativo había mejorado los indicadores que inciden en las trayectorias educativas. Pese a ello, 186 mil niños, niñas y jóvenes estaban fuera del sistema escolar. Con la pandemia estos números podrían verse abultados”, dice Claudia Matus, investigadora del Centro de Justicia Educacional de la UC y miembro de la Secretaría Técnica del Observatorio de Trayectorias Educativas.

Por esto, un seminario del Observatorio por la Trayectorias Educativas analizó cuál fue el impacto de la pandemia en la educación, cómo corremos el riesgo de perder lo ganado en las últimas décadas y cómo la política y las comunidades educativas pueden abordar este impacto, para que ningún niño, niña ni joven se quede atrás.

El seminario contó con la participación de Daniela Eroles, jefa de la División General de Educación del Mineduc; Paolo Mefalopulos, representante de UNICEF en Chile; Mónica Chacón, directora de la Escuela Nuevo Futuro de Concepción; Loreto Campos, directora del Jardín Valparaíso de Fundación Integra; Catalina Opazo, encargada de la política pública de Reactivación “Seamos Comunidad” del MINEDUC; Guiletta Vaccarezza, subdirectora del Servicio Local Andalién Sur; y Francisca Morales, oficial de Educación de la oficina de UNICEF para Chile.

“Tenemos un gran desafío con la pandemia. Esta dejó en evidencia muchas desigualdades que ya estaban presentes en el sistema educativo. Grandes problemas en convivencia escolar, brechas de aprendizaje, y también preocupación por alto ausentismo que hemos visto en primer semestre”, precisó Daniela Erodes, del Mineduc.

Los investigadores del CIAE, Patricio Rodríguez; y Andrés Rubio, investigador del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva (Eduinclusiva) liderado por la PUCV, presentaron un análisis sobre cómo la pandemia ha afectado al sistema escolar. Este análisis incluyó aspectos como:

  • Tendencias de reapertura por establecimiento según dependencias, que muestran una apertura más lenta de las escuelas y liceos municipales en comparación con el resto.
  • La tasa de inasistencia grave (menos de 85% de asistencia) aumentó entre 2019 y 2022 en todas las dependencias, pasando de 33% a 65% en la educación parvularia, mientras que la educación básica y media muestran tendencias similares con un alza del 23% al 47%.
  • Establecimientos de todas las dependencias reportan peores niveles de bienestar socioemocional que en 2019: más del 80% a nivel de enseñanza media; y cerca del 70% en los niveles de quinto a octavo año básico.

“El deterioro de la asistencia, clima escolar y bienestar socioemocional ponen en riesgo los logros de nuestro sistema educativo en los últimos 20 años. La violencia y la mala convivencia escolar no invitan a garantizan un ambiente de reinserción favorable, la pandemia impactará los aprendizajes. Las distintas aristas del problema dan cuenta de su complejidad, que interpela a la sociedad completa y que es un desafío que debemos abordar en conjunto”, explicaron Patricio Rodríguez, investigador del CIAE de la U. de Chile; y Andrés Rubio, investigador del Centro Eduinclusiva, de la PUCV. Añadieron que el foco debe ser “el recomponer las relaciones interpersonales para lograr revincular a los niños y niñas con la escuela”.

En esto coincidieron las panelistas que comentaron los datos presentados por el equipo del Observatorio. “Nuestros estudiantes ya han vivido la interrupción de sus trayectorias educativas, reencantarlos no es fácil y el desafío debe ser cómo hacemos que escuela vuelva a tener relevancia para ellos”, dijo Mónica Chacón, directora de la Escuela Nuevo Futuro de Concepción.

Con ella coincidió Loreto Campos, de Fundación Integra, quien relató cómo ha sido la experiencia del regreso desde el jardín infantil: “Desde que comenzamos a trabajar en la presencialidad, nos esforzamos en pensar cómo recibimos a niños y niñas con un modelo de educación emocional porque ha sido muy importante la contención, ayudar a los niños y niñas a reconocer sus emociones para que estén en bienestar. Si ellos están en bienestar van a recibir los aprendizajes y van a querer venir al jardín”.

En el mismo sentido, Guiletta Vaccarezza, subdirectora del Servicio Local Andalién Sur, indicó la situación del SLEP con el regreso a la presencialidad, en el que se encontraron con inasistencia grave, rezago en aprendizajes, indicadores de salud mental preocupantes e indicadores críticos de licencias médicas entre los profesores y asistentes de la educación. Pese a esto, indicó, que están totalmente enfocados en que las y los estudiantes regresen al aula. “Es fundamental que los estudiantes vuelvan y que los espacios escolares brinden instancias de satisfacción para que se genere este sentido de pertenencia y den ganas de ir a clases”, precisó.

Desde el MINEDUC, Catalina Opazo explicó cómo la política pública de Reactivación “Seamos Comunidad” se enfoca en conseguir estos objetivos, a través de una respuesta integral a los desafíos que planteó la pandemia y en 5 ejes, entre los cuales se encuentra la revinculación. “Este eje se trabaja en 3 grandes líneas, que se articulan y que son continuidad de acciones que ya se venían desarrollando”, explicó Opazo. El primero es el fortalecimiento del sistema de monitoreo de las trayectorias educativas; el segundo, un programa escolar y territorial de revinculación y acompañamiento de las comunidades educativas, “pensado como la integración de una red que permita articular el conjunto de alternativas educativas que existen en el territorio y/o crearlas, para definir cuáles son las rutas que necesita cada niño o niña”, añadió Opazo. El tercer eje son apoyos educativos a la continuidad educativa.

El Observatorio por las Trayectorias Educativas es una iniciativa de Fundación Súmate del Hogar de Cristo, del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva (Eduinclusiva) liderado por la PUCV, del Centro Justicia Educacional de la Universidad Católica, del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile y del Departamento de Política Educativa y Desarrollo Escolar de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado. Su objetivo es incidir en el desarrollo de políticas públicas y prácticas que contribuyan a la protección y continuidad a las trayectorias educativas de niños, niñas y jóvenes en Chile, a través del seguimiento, monitoreo, análisis y evaluación de iniciativas que abordan la exclusión educativa.

 

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